Es
un estilo flamenco de la familia de las Malagueñas, dentro de la cual se las
considera de las más antiguas. Las primeras noticias que se tienen de este
cante, están dentro de la obra “Escenas Andaluzas” (1847) de D. Serafín Estébanez
Calderón, en el artículo titulado “Asamblea General”; describe la actuación de
la gitanilla Dolores y comenta: “Entre
todas las cosas que cantó, dos de ellas sobre todo fueron alabadas. Érase una la Malagueña por el estilo de la Jabera y la otra ciertas coplillas a quienes
los aficionados llamaban Perteneras.
Cuando habían oído la Jabera todos a una le
dieron en esto triunfo, y decían y aseguraban que lo que cantó la gitanilla no
fue la Malagueña de aquella celebre canta’ora, sino la
otra cosa nueva con distinta caída y de mayor dificultad…”
José
Luque Navajas atribuye este estilo a dos hermanas malagueñas, vendedoras de
habas, del barrio de la
Trinidad y nos dice: “Estas
hermanas, que cantaban muy bien y, ora en los pregones de su mercancía, ora en
sus ratos de esparcimiento, interpretaban espontáneamente un cante del corte
del fandango malagueño que ellas habían configurado muy bellamente con arreglo
a sus buenas facultades y gusto”. Este autor nos dice que, en su opinión,
era en Torrox y Vélez Málaga donde se interpretaba la Jabera conocida como “Cantes de María Tascón”
Alfredo
Arrebola cree que la Jabera proviene de
unas canciones populares del siglo XIX, y como canta’or y teórico del flamenco opina que “la Jabera es un cante un tanto misterioso, porque su
nacimiento no coincide ni es coetáneo con la Malagueña,
sino todo lo contrario: se diferencia, y además, es anterior históricamente. Pero
queda algo en claro que esta en la misma flamenca familia, esto es, el fandango
abandola’o. es un cante que empieza en él y en él termina. Tiene, pues, su
personalidad perfectamente definida”.
Es
un cante alejado del fandango primitivo (fandango malagueño) y de la Malagueña,
aunque lleve melodías propias de esta. Poseen unos rasgos y matices propios y
se caracterizan porque su final posee lo que los canta’ores llaman cadencia rota. La voz parece que no llega, da la
sensación de que se rompe. En las jaberas se oyen ecos de Siguiriyas y se pasa con mucha rapidez de los tonos graves a los
agudos y viceversa. Es un cante áspero y duro lo que lo diferencia de las Malagueñas (cante dulce, emotivo y
profundo).
Es
un cante con copla de cuatro versos octosílabos, perteneciente a los fandangos
malagueños. Es un cante sin compás y ofrece al canta’or grandes posibilidades de interpretación, pudiendo recurrir
a toda clase de floreos, arabescos y ornamentaciones vocales.
Barrio
de la Trinidad.
Cuantos pasos me debe'
cuantas veces me han tapa'o
la sombra de tus
parede'
Se
despierta un rey celoso
coge pluma y escribe;
y en el primer renglón pone:
"¡Quien tiene celos no vive!"
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