lunes, 12 de noviembre de 2012

Antonio Machado Álvarez - Demófilo



Antonio Machado Álvarez, más conocido por su seudónimo Demófilo (Santiago de Compostela, 1848 – Sevilla, 3 de febrero de 1893), fue un escritor, antropólogo y folclorista español de la Generación de 1868, o del 68.

Su madre, Cipriana Álvarez Durán, era sobrina del famoso polígrafo Agustín Durán, autor de la más famosa colección de romances del siglo XIX. Su padre, Antonio Machado Núñez, fue catedrático de Ciencias Naturales en la Universidad de Sevilla; en esta ciudad transcurrió gran parte de su vida y en ella estudió Filosofía y Derecho. Su maestro Federico de Castro le inculcó las ideas del evolucionismo y del krausismo, con lo que posteriormente se inclinará a la filosofía social utilitarista de Herbert Spencer. Ocupó interinamente la cátedra de Metafísica en la Universidad de Sevilla y ejerció también como juez municipal. Hombre muy inquieto, abrió bufete de abogado. Fue nombrado catedrático de Folclore en la Institución Libre de Enseñanza (Madrid) y participó activamente en la Revista Mensual de Filosofía, Literatura y Ciencias (1869–1874), con sus primeros trabajos sobre literatura popular. Pero comido por las acucias económicas, decidió marchar a Ponce (Puerto Rico) en 1892 para ejercer como Registrador de la Propiedad, pese a que su salud ya se hallaba muy quebrantada, y murió a su vuelta, un año después, el 3 de febrero de 1893, cuando contaba apenas cuarenta y siete años.

Librepensador y de ideología liberal progresista muy próxima al krausismo, fue padre, junto con Ana Ruiz Hernández, de cinco hijos entre los que se encuentran los poetas Manuel y Antonio Machado. A causa de la tradición familiar materna, sintió siempre un gran interés por la literatura popular y de hecho sus hijos aprendieron casi a leer en el Romancero de su pariente Agustín Durán. Desde su creación en 1871, formó parte de la Sociedad Antropológica Sevillana junto con su padre e impulsor de dicha institución, Antonio Machado y Núñez. Publicó junto al krausista Federico de Castro Cuentos, leyendas y costumbres populares (1872). El interés por los estudios folclóricos se plasmará de nuevo en la revista La Enciclopedia, (1877), de periodicidad decenal; y en cuyas páginas creó una sección permanente sobre literatura popular.

A raíz de la creación de la primera sociedad de folclore en Londres en 1878, madura la idea de crear algo semejante en España; Cuando el romanista e hispanista Hugo Schuchardt viajó a España en 1879, entabló amistad con él y mantuvo una crecida correspondencia sobre el folclore español. Por fin el 3 de noviembre de 1881 hace públicas las Bases de la organización de El Folclore Español, «sociedad para la recopilación y estudio del saber y las tradiciones populares». De este modo se constituye la sociedad El Folclore Andaluz y se inicia la creación de sociedades regionales y locales en función de sus peculiaridades lingüísticas, geográficas y culturales de las distintas comarcas de España entera. Creó además una revista homónima mensual entre marzo de 1882 y febrero de 1883 que, al año siguiente, pasó a llamarse El Folclore Bético-extremeño y que ha sido reimpresa varias veces modernamente en edición facsímil.

En Madrid dirigió una colección de libros de y sobre folclore, la Biblioteca de Tradiciones Populares (1883–1888), que alcanzó once volúmenes. A la sociedad andaluza siguieron luego la extremeña, castellana, gallega, asturiana y catalana. Los amigos de Antonio Machado y Álvarez se contagian de su afición al folclore y se convierten en folkloristas ellos mismos, como Luis Romero y Espinosa.

En ambas publicaciones contó con la ayuda intelectual, editorial y económica de Alejandro Guichot y la colaboración, entre otros, de Luis Montoto, Francisco Rodríguez Marín y otros. También publica una Colección de enigmas y adivinanzas y se adentra en el estudio del flamenco y la flamencología con la Colección de cantes flamencos, primera antología de esta expresión poética.

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